miércoles, 8 de febrero de 2012

Empleados y gestión del centro veterinario



La Asociación de Veterinarios Empleados de la Comunidad de Madrid (UVET) destaca la importancia que tiene el personal para el buen funcionamiento del centro veterinario y el esfuerzo que está haciendo la asociación para mejorar en ellos la gestión empresarial y las condiciones laborales de los profesionales contratados.
En los últimos años estamos asistiendo al auge, dentro del ámbito clínico, de la rama de la gestión en la empresa veterinaria. Algo que necesitábamos como el aire, y que fue y es asignatura pendiente en nuestro entorno geográfico.
Incluido en este importantísimo campo, el profesional empleado veterinario se revela como elemento clave a la hora de gestionar el centro.

No hablamos ya de aspectos opinables, sino de hechos contrastados: el elemento humano presenta una serie de valores nunca sustituibles (aunque sí complementarios) por otros aspectos de la empresa como tecnología, publicidad marketing, servicios externos, etc., y más, si cabe, cuando hablamos de negocios relacionados directamente con la salud. En nuestras clínicas los veterinarios poseen y proyectan una serie de características intrínsecas que los convierten en pilares fundamentales de las mismas.
Tradicionalmente todos consideramos, sin dudarlo, altamente valioso los equipos clínicos: el ecógrafo, el aparato de hematología, la máquina de anestesia, la reveladora automática, el Doppler, etc. son caros, prestan un incuestionable servicio, hay que cuidarlos y requieren de un mantenimiento lo más exquisito posible para que duren y sean eficientes. Si hablamos del equipo humano se han de tener, al menos, las mismas consideraciones. Y aun más, dado que en muchos casos será el que se encargue de realizar e interpretar las pruebas, decidir tratamientos, rescatar al paciente de situaciones de emergencia en casos en los que el propietario más demanda una actuación solvente y profesional, etc. Además, en la mayoría de los casos va a estar en estrecho y permanente contacto con el cliente hasta el final de los días de su mascota, por no hablar de los casos en los que el profesional empleado es el único o el que principalmente conoce y realiza cierto tipo de procedimientos como cirugías, ecografías, citología o cuidados intensivos, entre otros.
De nada servirá la tecnología sin un buen interpretador: el veterinario. Sin un profesional cualificado que sepa hacer uso de ella.

La idea de una buena y eficaz gestión empresarial choca directamente con una deficiente gestión de los recursos humanos. Tenemos, además, el ejemplo de lo ocurrido históricamente en nuestro país, en el que unas malas condiciones laborales han impulsado la fatal pescadilla que se muerde la cola: un elevado número de veterinarios se han montado sus propias clínicas al verse “expulsados” por la precariedad, derivando el problema en una atomización del sector clínico con muchos centros poco competitivos.
La figura del empleado veterinario es un valor de futuro, una inversión para hoy y para mañana. Nunca alcanzaremos la tan ansiada dignificación de la profesión veterinaria, la verdadera equiparación en prestigio con otras profesiones, sin tener en cuenta estos importantes aspectos.
Desde UVET deseamos favorecer e impulsar la buena gestión empresarial, la mejora de las condiciones laborales que merece esta profesión y la creación de los lazos indispensables entre asociaciones y profesionales para avanzar en estos campos tan necesarios para el futuro.

Fuente: Argos Portal Veterinaria. 

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